tome sus bártulos y márchese
escúrrase por ese camino centenario
que se hunde en el horizonte
ya hizo mucho daño aquí
llagó las risas y escaró los abrazos
retorne por donde vino
ya se pierden las hojas del calendario
ruedan y sobregiran minuteros y molinos
ahora piérdase que ya no quiero ver su cara
no me venga con mohines ni arrumacos
(ya es tarde)
usted irá para ese lado que para este otro
yo tengo un encuentro señalado
¡y no vuelva! qué si lo hace, en el suelo
hallará tiradas mis arrugas
hoy me visto de vuelos y el paso aligero
por ahí un guiño de ojos, una mano estirada
me espera
con ellos por bagaje, fundaré de nuevo
ensancharé la panza
y mi boca será luna creciente a la espera del sol
que enjuga mis lágrimas
(mayo 11, 2012)
Sílfide2012
(Imagen tomada de la Web)
3 comentarios:
Me gustó lo que decías en tu último comentario en el blog "Vuela Alto", y quería comunicártelo.
En cuanto al poema actual, creo que la nostalgia es una sensación bastante amarga y paralizante. Otra cosa sería trasformarla en un motor para intentar obtener el estado que se ansía.
Un saludo
Gracias por tu comentario Nuria. En este poema expulsé la nostalgia de mi vida, transformándola precisamente en un motor de búsqueda de plenitud.
Hola Mónica!!
Me gusta el poema...,
y también estoy de acuerdo con lo que comenta Núria, sobre la importancia de "recanalizar" ese estado paralizante para convertirlo en el motor potente que necesitamos.
Muchos besos y un abrazo!!
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