Emitió su llanto diáfano
y abrazó con fuerza
el cuerpo que la había parido,
de esos pechos bebió la vida,
la experiencia,
los sueños.
Viene desde el fondo de la tierra,
con la fuerza y el calor
de lava derramada,
moldeando el terreno
por donde pasa.
Nace de nuevo
en cada primavera,
abriga su parvá
llegando el invierno,
y cada año de su vida,
siembra, cosecha,
recoge, reparte,
sus dones al aire.
Mujer hija, amante,
madre y compañera,
fuerte, dócil,
fiera y tierna,
acuna en su regazo
la humana esperanza.
Sílfide2011
08 de marzo de 2011
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